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viernes, 22 de enero de 2010

WILLIAM BURROUGHS: El lenguaje es un virus proveniente de otro planeta.

Según Burroughs, el ser humano está alienado por el lenguaje. Considera que el lenguaje (y las normas gramaticales y sintácticas que le caracterizan) es un organismo parásito, un virus, que ha elegido nuestras mentes como hábitat. El problema se complica porque los seres humanos infectados no saben que lo están.La auténtica revolución no es de índole social, sino mental. Deshacerse del virus lenguaje es el primer paso. La guerra contra este virus establece una continuidad en gran parte de su obra, donde los protagonistas (humanos, extraterrestres, seres inorgánicos, demonios) están claramente de un bando o de otro y se enfrentan violentamente, sin reglas de ningún tipo.

En 1959, el artista plástico Brion Gysin le comentó a Burroughs que "la literatura estaba cincuenta años atrasada con respecto a la pintura". Le sugirió, siguiendo el ejemplo de movimientos de vanguardia como los dadaístas y los surrealistas, que usara técnicas de collage en su escritura. Burroughs y Gysin experimentaron con montajes de texto e imágenes, por ejemplo, superponiendo discursos presidenciales y fragmentos de Rimbaud o Shakespeare. Burroughs había utilizado sin saberlo la técnica del cut-up en "El almuerzo desnudo", pero el comentario de Gysin lo liberó de sus prejuicios y lo invitó a continuar experimentando.



Dijo el crítico Robin Lydenberg: "en lugar de licuefacción condensada en una sola imagen, Burroughs crea una aleatoria, infinita variedad de implosiones y explosiones, el ritmo pulsante mismo de la vida". Esto es, una manera de expresar múltiples visiones por medio de la mezcla de hechos disparatados, ciencia ficción e imaginería para hallar puntos de convergencia que antes estaban escondidos. Un ejemplo en la red de su prosa, de los menos abiertamente "experimentales"



En la obra de William Burroughs el sujeto se encuentra manipulado y transformado por los procesos de contagio. El lenguaje es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana, dando cuenta de su intoxicada naturaleza. Los textos de Burroughs proliferan sin principio ni fin como una plaga, se reproducen y alargan en sentidos imprevisibles, son el producto de una hibridación de muy diversos registros que no tienen nada que ver con una evolución literaria tradicional, sus diferentes elementos ignoran la progresión de la narración y aparecen a la deriva desestructurando las novelas de su marco temporal, de su coexistencia espacial, de su significado, y posibilitando que sea el lector quien acabe por estructurarlas según sus propios deseos.





El virus informático, es el más curioso y paradójico síntoma de que la tecnología, al desbordar sus finalidades, provoca imprevisibles ironías. Ellos, remotos, numerosos, multidireccionables, anónimos, apostados esperando el sabotaje patológico: a fuerza de autorreproducción ciega, amenazan con llevar el sistema al estado de entropía máxima, muerte térmica de la programación, donde sólo habita el virus.
Es posible que en algunos años las técnicas de escritura viral, ya hoy en un embrionario proceso invasivo, pasen a constituirse en los únicos medios de expresión, en el ultimo balbuceo de un lenguaje infiltrado y parasitado, en el cierre definitivo del universo del discurso.



Su principal síntoma fue el lenguaje. En este teorema de Burroughs el síntoma y el agente infeccioso son indistinguibles. El lenguaje humano es una espora semiótica de virus desmolecularizados, con los que la CIA, la KGB y otras instituciones espectrales infectan y reinfectan a la población incauta. La adición a las drogas, las perversiones y los motines urbanos actúan como señales sintomáticas y como dispositivos de contagio. El oficiante underground de la droga, del sexo y de la violencia cumple su tarea revolucionaria al acelerar indefinidamente la propagación viral masiva con todo tipo de trucos electrónicos y massmediáticos. El objetivo es la revolución apocalíptica permanente. No es difícil deducir que existe una relación simbiótica entre el recurso del apocalipsis y la consistencia espectral de las instituciones del poder



WILLIAM BURROUGHS Nació en St. Louis, en los Estados Unidos, en 1914. Graduado en Harvard, ejerció innumerables oficios en Europa y América a lo largo de sus viajes. Su experiencia vital, legendaria y activa, y que transcurre entre México, París, Londres y Tánger, le proporcionó material de primera mano para sus novelas. Los ejes fundamentales de su obra son la sociedad de la posguerra en los países totalitarios del Este, la marginación de la homosexualidad y su propia experiencia con las drogas duras. Su obra combina la fuerza visionaria con la sátira libertaria; en lo formal, se caracteriza por el uso de técnicas innovadoras como el montaje, el collage, la escritura automática y el libre fluir de la conciencia. Y además, esta especie de profeta bíblico en ácido tuvo el mérito de ser muy bien leído por gente como Bob Dylan, John Lennon, Frank Zappa, Lou Reed, Tom Waits, William Gibson, Bruce Sterling y muchos otros.




Fuentes:
http://www.elortiba.org/burroughs.html
http://www.alohacriticon.com/viajeliterario/article1175.html
http://es.wikipedia.org/
http://www.apocatastasis.com/almuerzo-desnudo-naked-lunch.htm
http://hosting.udlap.mx/profesores/miguela.mendez/alephzero/archivo/historico/az41/posmodernidad.html